Pies suaves con tratamiento casero
Tratamiento casero para pies suaves
En la comodidad de tu hogar, sin tener que recurrir a grandes productos ni rutinas de spa, podrás lograr unos pies suaves, bellos y saludables.
Tener pies lindos y suaves no es producto solamente de algún tratamiento intensivo en un centro de belleza. Tan solo con algunas rutinas que podrás realizar en tu hogar tendrás unos pies hermosos.
Los pies son la zona del cuerpo que están en constante tensión, son los que nos sostienen, nos desplazan y dan estabilidad, por tanto también son los que sufren a diario los roces del calzado, la circulación empobrecida de las ataduras, y el movimiento incesante de nuestro día a día.
Todas estas tensiones provocan zonas resecas, ásperas, y un aspecto deteriorado, sin mencionar dolores y cansancios extremos al finalizar la jornada.
Pero puedes dar simple solución a estos malestares y a esta apariencia poco estética, dando un especial cuidado a estas dos extremidades tan preciadas.
Una vez por semana, o tan a menudo como así lo desees, puedes realizar un sencillo tratamiento de belleza y bienestar que dará a tus pies el descanso y el adecuado cuidado que tanto necesitan y merecen.
Para llevar esta rutina a cabo, necesitas un recipiente amplio y de profundidad (como una palangana) donde tus pies quepan cómodamente.
"Los pies son zonas corporales en constante y permanente tensión, por eso debemos cuidarlos para que esten suaves y bellos."
Llena el recipiente con agua tibia, jabonosa, con jabón neutro de glicerina. Procura una temperatura cálida, pero no demasiado.
Quítate los zapatos, limpia y masajea un poco los pies para relajarlos y propiciar una buena circulación sanguínea, y luego sumérgelos en el agua tibia o cálida.
Quédate allí, remojando y relajando tus pies, por unos 10 a 15 minutos.
Luego, retira uno de tus pies, sécalo suavemente, y aplica una crema exfoliante (crema pulidora), de preferencia especial para pies.
Masajea suavemente para efectivizar la acción de la crema, sin olvidar los talones. Cuando ya hayas masajeado y exfoliado bien cada pie, enjuágalos con agua tibia para eliminar todo resto de esta crema.
Sécalos suavemente. Puedes aprovechar para repasar con una piedra pómez, volver a enjuagar y secar. Este paso en particular dejara la piel de tus pies suave y sedosa.
A continuación, aplica una crema hidratante y nutritiva, masajeando delicadamente con tus dedos.
La crema debería absorberse en su totalidad. Aplica más crema si lo crees necesario, sin dejar de dar relajantes masajes a toda la superficie de tus pies.
Luego, relájate. Deja los pies en alto, cálidos y confortables, y verás que al comenzar la próxima jornada tus pies se sentirán y se verán totalmente de maravillas.
Fuente: belleza.comohacerpara.com
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